sábado, diciembre 20, 2014

Ese Gran Final... Freedom Wars




Antes de comenzar, voy a presentaros a mi personaje, el cual nos va a acompañar durante todo el análisis, y como no podía ser de otra manera, se llama Aria.


Tras secuestrar a Beatrice, Natalia crea un comando para rescatarla, con todos los personajes del juego. En primer lugar, se nos asigna una misión para invadir Hourai, el Panopticon enemigo. Es una misión de esas de recorrer una base matando a todo lo que se mueva hasta llegar a la meta, nada complicado.


Al terminar la misión, llegamos hasta donde se encuentra Abel. Ha conseguido activar el Féretro pero todavía no va a abrirse. Es necesario que florezcan las rosas azules que lo rodean para terminar su activación. 

Como Beatrice ya no le sirve de nada, alza su espada contra ella. Todos se alarman, pero en vez de atacarla, para sorpresa de todos, la libera de buenas maneras. Se ve que es un tío legal al menos.


También nos cuenta los motivos de su comportamiento. Abel quiere abrir el Féretro para traer un nuevo conflicto, puesto que según él, las personas sólo muestran sus verdaderos sentimientos cuando se encuentran en una situación de conflicto, y es entonces cuando se ve su poder real, su auténtica lealtad, o su verdadero amor.

Explicado todo, comienza el combate contra él y su Abductor Furia Roja, que recuerda mucho al Espíritu de Fuego de Shaman King


En este combate la clave está en Abel. El abductor, por muy Furia Roja que sea, no es más que uno normal pintado de rojo, con la única diferencia de que si le cortas los brazos o la cabeza se le regeneran por unos nuevos sin exoesqueleto, sólo de músculo. Además, sólo ocurre si le cortas el brazo entero, hasta el hombro, por lo que puedes cortarle la mano o el antebrazo y se quedará así.

Es Abel quien marca la diferencia. Es un humano, un objetivo pequeño, con una espada muy larga así en plan Sephiroth, y muy rápido, por lo que cuesta mucho acertarle y por ende, bajarle la vida, pero si vas primero a por él y consigues quitártelo de encima, el abductor no resulta problema alguno.


Nada más caer derrotado, las rosas azules florecen y el Féretro se abre. Abel llega con vida para ver salir de su interior a un gigantesco y poderoso abductor, para un instante después morir en una explosión junto a Furia Roja. No queda claro si la explosión la provoca el mismo con sus últimas fuerzas para suicidarse o si es cosa del abductor, lo que sí está claro es que ya tenemos nuestro siguiente Jefe Final.


Este jefe, difícil no es. Es tocapelotas. Según le baja la vida, esas cadenas que se ven por detrás, las va soltando, y ya se encargan ellas de hacerte placajes a mansalva, o lo que más las divierte, hacer placajes a los que vienen a reanimarte cuando caes en combate. Además, puede resucitar tantas cadenas como cajas de esas alargadas tenga, por lo que si no le cortas las cajas, llega un momento que todas las cadenas que has derrotado vuelven y empiezan a acribillar a todo el mundo.

Para colmo, el bicho grande y las cadenas tiene un ataque final combinado. Peltatum, que así se llama el abductor, activa una fuerza gravitatoria que te atrae hacia su posición, y una vez están todos en el mismo sitio, las cadenas se ponen a atacarte todas a la vez y aquello se vuelve una masacre. Uno muere, otro le va a curar pero viene otra cadena y zas, y otra y otra... Lo normal es que si caes en ese ataque todo el party muera y no puedas evitar pérdida de sostenibilidad.

Al final, la única opción que te queda es atacar con un arma de fuego desde lo más lejos posible como un cobarde, mientras las cadenas se divierten asesinando al resto de personajes.


Superado el jefe tocapelotas, con el esfuerzo conjunto de todos los personajes, entre todos cierran de nuevo la puerta del Féretro. Parece que todo ha terminado, ¿pero lo ha hecho realmente? Sabemos que todavía queda un jefe, Sylvia, la hermana de Beatrice, y su abductor de clase Dionaea, eso sí que será un verdadero Jefe Final :p

Sin embargo, antes de que de tiempo a nada de eso, Carlos apuñala a nuestro personaje ante la atónita mirada de todos. Durante el juego ya sospechamos de él en una ocasión, pero tras la detención del jefe de Julien, parecía que no había nadie más. No queda claro si Carlos es el verdadero traidor y el jefe de Julien inocente o si son traidores ambos.


Enseguida, el resto de personajes se enzarzan en una batalla contra Carlos, y en medio de todo aquel caos aparece, ahora sí, Sylvia, con su Dionaea. La pregunta es, si me han apuñalado, ¿cómo voy a combatir?


Se revela que Carlos también viene del Empíreo. De hecho, nada más llegar Sylvia, se larga. Intentan ir a por él, pero ella nos corta el paso y comienza el combate. Combate que tú observas desde el suelo porque sigues herido de gravedad.

De pronto, el tiempo empieza a fluir en cámara lenta y Aries hace su aparición. Te cura con un beso en la frente y te invita a ir a ver a Simeon a través del Féretro. En un primer momento, quieres ir corriendo a unirte al combate, pero terminas cediendo ante la insistencia de Aries. Juntos cruzan la puerta, y allí, en una sala completamente blanca, finalmente conocemos al famoso Simeon (Simeone para los amigos).


Continúan las sorpresas. Dentro de la sala no sólo está Simeon, también encontramos al padre de Beatrice y Sylvia que tanto andábamos buscando. A saber la de tiempo que lleva ahí y sus pobres hijas abandonadas.

Simeon es breve, nos hace dos regalos. El primero, una de las armas finales, la de asta concretamente, que según él tiene el poder de absorber las emociones de las personas una vez. Y el segundo, una semilla del Féretro, que estará vinculada a nuestro personaje y sólo él podrá manejar. Debemos plantarla más adelante para volver a encontrarnos con Simeon (parece que esto no acaba todavía).


En el exterior, Sylvia ya ha derrotado a todo el mundo (con un Dionaea cualquiera) y se dispone a asestar el golpe de gracia a su hermana, que observa indefensa. Es entonces cuando aparece nuestro personaje, y con ayuda del arma final, absorbe el odio de Sylvia, lo que la vuelve buena inmediatamente.


Lo malo de todo esto es que no hay combate. Me parece muy bien que le chupe el odio y todo lo que quiera, pero podría haberlo hecho después de un combate. No se puede sacar al Peltatum asqueroso y repugnante primero, hacer que toque las narices hasta hartarse, y luego dejarnos a todos con las ganas de enfrentarnos a un Dionaea...

Ahora que Sylvia está de nuestro lado, se montan todos en el Dionaea y parten en dirección al Empíreo. Créditos.


Ahora empiezan a ocurrir cosas extrañas. No queda nada claro si el juego ha terminado o no. Por un lado, han salido los créditos y apareces en tu celda como si no hubiera pasado nada, pero por otro lado, queda claro que quedan cosas de la historia por hacer. Tienes una pequeña conversación con Beatrice en la que te dice textualmente todavía queda el asunto de mi hermana. También te dedicas a buscar el sitio ideal para plantar la semilla del Féretro y volver a ver Simeon. Incluso le cuentas a Beatrice que sabes donde está su padre y la invitas a ir contigo para que lo vea, pero a la entrada del Féretro Aries te dice que sólo puedes entrar tú.

Dentro, Cesare te dice que no va a volver nunca al mundo exterior, y que por favor cuides de sus hijas (que padrazo). Finalmente hablamos con Simeon y nos ofrece cuatro caminos alternativos. En el primer camino podremos seguir luchando eternamente, en el segundo salir de ahí con nuestros caminos y vivir en paz, en el tercero resucitar  a un aliado caído, y en el cuarto enfrentarnos al Empíreo.

¡Qué bien! ¡Cuatro finales! Ya sabía yo que no podía terminar así. En primer lugar escogí el camino del camarada caído, que puede ser uno u otro en función de la misión que escogiste en un momento dado del juego. Al salir del Féretro le preguntamos a Beatrice si nuestro compañero ha resucitado, y nos contesta con cara de extrañada que nunca murió. Simeon ha cumplido su palabra.

Escogí un segundo camino con toda la ilusión de ver las diferentes consecuencias que traen los finales, pero para mi sorpresa sólo me dan un puñado de objetos y me desean suerte. Escojo el tercero y recibo un puñado de ciudadanos y la misma frase. Escojo el cuarto y un puñado de armas. Fin. No hay más. Los otros tres caminos son un timo. Mi pregunta es simple, ¿entonces por qué los ponen? ¿Alguien ve normal que te ofrezcan atacar al Empíreo, contestes que sí y te digan, pues hala vete? Joder, que terminen el juego cuando se van volando y ya está pero esto es tocar las narices. Porque ya no es sólo los finales que se pierden, sino toda la información relacionada con el universo del juego que va unida a ellos. Han quedado muchísimas cosas sin saber, que de haberse cumplido debidamente el tema de los caminos, se habría contestado a la mayoría. Tampoco se da una solución al verdadero conflicto, que es el sistema que condena a las personas, ni el personaje recupera la memoria, ni sabemos exactamente quien es Simeon, ni Aries, ni nada... Todo dejado para una secuela de la peor manera posible.

Por un lado, no me parece justo cargarme toda la valoración por lo que ha ocurrido, ya lo hice en Call of Duty 3, pero hay claras diferencias entre ambos. Por otro lado, es cierto que lo que han hecho es inadmisible y no puede quedar impune. Me da igual que sea después de los créditos, infinidad de juegos tienen créditos en varios momentos pero sólo es final el último, o directamente varios finales, cada uno con sus créditos, pero aquí ni una cosa ni la otra. Es como si tu pareja te pregunta ¿quieres hacer el amor esta noche? Le dices que sí y te contesta Pues vete buscando a otra porque hemos terminado. Eso es lo que no se puede tolerar.

Valoración Global del Final
Perfecto
Casi Perfecto
Muy Bueno
Bastante Bueno
Bueno
Aceptable
Malo
Bastante Malo
Muy Malo
Un Desastre

5 comentarios:

  1. Se que es tu blog y tu decides que haces con él, pero en mi opinión sería más entretenido para gente que visita este blog regularmente (yo una vez a la semana) que dieras tu análisis de juegos/animes/etc Un poco mas conocidos, ya que, desde mi punto de vista, ver la opinión de alguien mas acerca de algo de enriqueze tu persepción del final, tal fué el caso con los finales de los Metal Slug, uno muy buenos de los juegos de sonic, y como no, Shaman King, el cual fué el que me trajo a tu blog. Saludos

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    1. Hola, y en primer lugar, gracias por visitar Ese Gran Final... de forma regular.

      Comprendo tu punto de vista, pero supongo ya sabrás que los juegos analizar no son escogidos de forma arbitraria. Ese Gran Final... fue creado originalmente para llevar un registro de los juegos que me paso cada año, y qué mejor manera de hacerlo que inmortalizando lo que más me atrae de ellos, su final.

      Estoy de acuerdo en que los títulos más conocidos aportan más visitas, y que ver un punto de vista diferente ayuda, sobre todo cuando la persona que comenta te hace ver algo que tú no habías visto, pero realmente no hago esto por las visitas (el día que publiqué la entrada de Naruto el blog se disparó).

      Recuerda también que por ser más conocido, un título no es necesariamente mejor ni tiene mejor final. Hay de todo. De todas formas, soy una persona que le gustan los videojuegos, conocidos o no, por lo que seguirás viendo títulos de todo tipo, cada uno a su debido momento.

      Un saludo y gracias por expresar tu opinión.

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  2. Realmente el final de este juego es pesimo y te deja con la mierda en la boca, aunque el resto de la historia no fue tampoco brillante que digamos. Pero creo que esta pensado mas para jugar en multijugador. En mi opinion tiene un buen sistema de juego, la gran pega es la historia, pero por lo demas te puedes pasar horas jugando en equipo y mejorando armas
    En fin, ojala saquen una segunda parte centrada mas en la historia del juego

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  3. Realmente puedes coger todos esos finales, los cuatro, aun no se que pasa por que me falta uno, saludos.

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  4. Llegue hasta el mismo punto y me quede con cara de "y....ya está? el juego sigue o ya termino?" Gracias por tu post amigazo. Supongo que esperaban sacar una secuela y continuar desde donde dejaron. En fin, una cochinada porque después de tantas horas uno se había hecho muchas preguntas.

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